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Authors: Douglas Coupland

Microsiervos (31 page)

BOOK: Microsiervos
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Los comentarios maliciosos sobre Dusty terminaron enseguida. Ahora se caen bien. En realidad, creo que el sentimiento es más profundo que el «caerse bien», pero no sé hasta dónde ni hacia dónde va.

Dusty es unos cinco años mayor que Todd. Durante un descanso destinado a recargar hidratos de carbono, al final del día, ha empezado a contarnos cosas personales a Karla y a mí. No le cuesta mucho. La distinción entre ella misma y los demás resulta difusa.

«Hace un par de años cambié y empezaron a gustarme los chicos más jóvenes. Los viejos son muy serios... y quieren hablar de matrimonio. Los jovencitos son como cachorros y, cuando quiero librarme de ellos, empiezo a hablar de bebés y, antes de que me dé cuenta, están explicándome los motivos de por qué tienen que pasar la noche en casa de sus amigos y no pueden venir a casa.»

Ha encontrado un trozo de piel en su pechuga de pollo y la ha apartado.

«Creo que en cuanto empiece a tener niños, me olvidaré del cuerpo; pero si se lo decís a Todd, os mato. Creo que él es mucho más exigente con su cuerpo. Pero recordad que puedo convertiros en comida de gato sólo con el pulgar y el índice.»

¡Vaya si podría!

Karla dice que Dusty está asustada porque teme que, si tiene un niño, éste sea deforme debido a toda la cantidad de terribles porquerías que ha tomado durante años, además de sus implantes y sus coqueteos con la bulimia y con los regímenes extremos.

«Ha tomado de todo —dice Karla—, esteroides, anfetaminas, barbitúricos, poppers, Pritikin, Oprah...»

He ido con Karla a casa de mis padres, y los hemos ayudado a clasificar cosas para reciclar. Cuando nadie miraba, he lanzado algunas mandarinas caídas a la casa de los Valota, que viven en la casa de al lado. El señor Valota es un tipo a lo Gladys-Kravitz de
Embrujada
que, de una forma u otra, se las apaña para interceptar toda la información equivocada y apócrifa que flota por el Valle y se la enchufa a mi madre en los pasillos de Draeger's, en Menlo Park. Siempre le está diciendo cosas desalentadoras sobre
Oop!
a mi madre. Bien, gracias, señor Valota.

Me ha gustado oír el ruido de las mandarinas al golpear las tablillas de cedro de su porche. Las casas de los señores Valota de este mundo nunca se incendian.

He llevado jadeando los contenedores de basura Rubbermaid hasta la acera. Espero que nadie se haya dado cuenta de que estoy en pésima forma.

Esta es, según Abe, la lista de cosas que hay que hacer para tener una vida propia:

1) No vivir en una casa comunitaria

2) Participar en actividades no relacionadas con los ordenadores

3) Tomar un baño de espuma (no se me ocurre nada más)

Martes

Hoy nos ha hecho una visita Michelle, la hermana gemela de Dusty. Trabaja como representante de un producto de colágeno en una empresa de biotecnología situada cerca de San Diego y es como una versión de Dusty más rellena y con un turbo menos potente.

Ha deambulado por el parque Lego, ha mirado cómo programábamos y después ha bostezado ostensiblemente. Tras una multitud de teatrales bostezos más, ha sacado del bolso dos cintas VHS de los
Simpson y
los ha metido en el vídeo y, uno por uno, hemos ido desapareciendo de nuestras estaciones de trabajo para verlos con ella.

Michael ha llegado con mi padre y nos ha encontrado recostados y riendo, se ha puesto como una fiera, nos ha mandado de nuevo al trabajo y ha enviado a Michelle a que cogiera su CalTrain. ¡Michael se ha convertido en Bill!

Dusty ha dicho
Ciao y
ha seguido depurando sus algoritmos. Pobres padres de Dusty: lo único que querían era un lindo par de chicas que cantaran canciones folk y tejieran chales, a lo Leslie van Houten y Patricia Krenwinkel. En lugar de eso, les salieron dos híbridos a medio camino entre una replicante de Grace Jones de piel clara y una Barbie de Malibú.

Últimas noticias sobre ligues: Susan no lleva tatuaje.

Quién lo iba a decir: resulta que Dusty es experta en el imperio austrohúngaro (varios cursos en la Universidad de Santa Cruz, en California). A ver quién se atreve a hablar de aleatoriedad pura. Lo hizo para complacer a sus izquierdosos padres hippies. («Era un programa acelerado que sólo duraba dos años —ha dicho—. Por la subjetividad se asciende muy deprisa.»)

El descubrir que Dusty estaba bien informada sobre algunos herrumbrosos aspectos de la historia de Europa ha sido como descubrir, no sé... como descubrir que la cara sonriente de la jarra del logo de las bebidas en polvo Kool-Aid que todos hemos tomado de pequeños es un travestido. Qué aleatorio.

Menciono esto porque esta noche Todd y Dusty han ido a cenar con un grupo de antiguos marxistas nostálgicos amiguetes de los padres de Dusty en Berkeley: todos ellos sienten que el curso de la historia los ha dejado atrás y cantan canciones de protesta con una guitarra de 5 cuerdas; llevan barba. Ese tipo de rollo. Seguramente había montones de velas.

Creo que la sensación religiosa ha hecho que Todd echara de menos a esos fanáticos religiosos que son sus padres, en Port Angeles. Cuando ha regresado a la oficina, se ha puesto a pensar y, de repente, se ha echado a llorar; ha salido al césped y no ha vuelto en una hora.

¡Ah!, esta tarde he encontrado a Ethan rebuscando monedas bajo los cojines del sofá. ¡Qué corte!

Miércoles

Gran chisme: Todd ha anunciado que está haciéndose... ¡marxista! Quién lo iba a decir.

«Joder, Todd —ha dicho Ethan—. Eso es como anunciar que te estás convirtiendo en Bugs Bunny.»

Karla le ha preguntado: «¿Marxista? Pero Todd, si el Muro cayó en 1989.»

«Eso no importa.»

«No, claro que no», ha dicho Ethan.

«Eres un arrogante
cochon
burgués», le ha soltado Todd.

Así pues, Todd ha encontrado algo externo en lo que creer. No me parece que se trate de una cuestión de inteligencia o de falta de inteligencia, sólo de su necesidad de necesitar, como siempre.

Ethan echaba chispas: «Si Todd espera que lo tratemos con algún tipo de respeto porque cree en una ideología caricaturesca y trasnochada, ya puede esperar sentado.»

Ethan se comporta de modo «reaccionario» (Todd me ha enseñado esa palabra); pero, tal como sucede con las conversiones recientes a cualquier creencia nueva, Todd exuda una rigidez que resulta una pizca desconcertante, cuando no aburrida.

Michael ha dicho sobre el tema: «Dejando de lado todo lo demás, sus sermones interfieren en su trabajo de programación, como si el culturismo no utilizara ya bastante espacio de la CPU de su cerebro. Creo que el hecho de que sus padres fueran tan religiosos ha creado en él una profunda necesidad de adherirse a algo.»

Karla ha dicho: «De ahora en adelante, podemos llamarlos Borís y Natasha.»

Perplejos, Karla y yo hemos hablado sobre este cambio en la cama. «¿De dónde demonios vienen las ideas políticas? —he preguntado—. Todd ha pasado de ser durante toda la vida un tío vacío a ser un joven rascacódigos posmarxista y posthumano. Se habrá convertido en el estrado donde posan, supongo.»

«Que vienen los comunistas.»

¿Quién dice que la gente no cambia?

Abe me ha enviado un correo electrónico desde Vancouver, donde pasa unas minivacaciones.

«Estoy en el Westin, en Vancouver. El servicio de habitaciones me ha preguntado con inocencia: "¿Cuántos serán para comer?", y he contestado: "2", porque no quería que pareciera que estaba solo. Como era el caso.

¿Hasta que punto te parece mal eso, en una escala del uno al diez?»

Mi respuesta:

Abe... eso es un *ONCE*

Mi padre ha recibido una respuesta de Delta Airlines para un trabajo en su departamento de sistemas de facturación. «No tiene mucho que ver con la alta tecnología; en realidad, no se parece en nada, pero...» Tiene una entrevista dentro de dos días.

Bug y mi padre han ido juntos a la ciudad a cortarse el pelo en una peluquería de esas que tienen una perca disecada en la pared. Bug ha dicho que era como ir a una barbería de Moscú.

Tonterías políticas:

Todd
: «El marxismo presupuso que la tecnología nunca superaría cierto límite... La creación decimonónica del marxismo proporciona un atractivo distanciamiento en la era del capitalismo tardío y postindustrial.»

Ethan
: «La prosperidad tiene cosas más importantes que la envidia y la redistribución.»

Susan
: «Estoy supersegura de que los sindicatos de Hollywood están a la espera de que la producción de programas y de multimedia se sindique. ¿Y qué va a pasar? ¿Que yo programaré y vendrá alguien del I.A.T.S.E para darle a la tecla de
INTRO

Yo
: «¡TIEMPO!»

La política sólo consigue que la gente se vuelva irritable. Debe de haber alguna forma alternativa de discurso. ¿Cómo se genera la voluntad política? A Susan le molesta estar de acuerdo en algo con Ethan. Normalmente, se pelean por todo.

Michael nos ha pillado jugando al Doom en el sistema de la oficina y se ha puesto como una fiera... o, mejor dicho, lo ha borrado del sistema y, cuando más tarde le he pedido por favor que lo reinstalara, me ha soltado una conferencia sobre las horas/persona que se pierden. Al final, lo ha hecho, porque habría sido catastrófico para la moral de los trabajadores no poder perseguir y matar a sus compañeros de trabajo.

«Otra cosa, Daniel, existe una versión nueva llamada Doom II que van a sacar en octubre, y corren rumores de que las versiones pirata tienen un virus que se carga el disco duro, así que lo único que os pido es que ni se os pase por la cabeza instalarla.»

Buena suerte.

Bug estaba tan enfadado que quería hacer un virus Marburg e introducirlo en el ordenador de Michael, pero son las típicas rabietas de Bug. El virus Marburg es tan peligroso que ni siquiera puede estudiarse. Treinta y siete personas murieron por su culpa en un laboratorio alemán.

Jueves

Todd me ha llamado hoy críptofascista.

Por ese motivo, formateo este párrafo alineándolo a la derecha.

Michael ha dicho hoy algo genial. Ha dicho que, como especie, nos ha ocurrido una cosa notable: «Hemos alcanzado una situación de masa crítica en la cual la cantidad de memoria que hemos exteriorizado en libros y bases de datos (para mencionar tan sólo unas pocas fuentes) supera la cantidad de memoria contenida de modo colectivo en nuestros cuerpos biológicos. En otras palabras, hay más memoria "fuera" que dentro de nosotros. Hemos periferizado nuestra esencia.» Ha proseguido:

«Dada esta nueva situación, no es que la presunción de la existencia del concepto de "historia" desaparezca, sino que, en cierto modo, deja de ser relevante. El acceso a la memoria sustituye al conocimiento histórico como método de nuestra especie para procesar su pasado. La memoria ha sustituido a la historia y eso no es malo. Al contrario, es excelente porque significa que ya no estamos condenados a repetir nuestros errores; podemos editarnos a medida que avanzamos, como un documento en pantalla. La transición que nos ha llevado de tener la historia en el centro a tener la memoria en la periferia puede ser difícil en un principio, mientras la gente se deshace de la inercia intelectual sobre la cuestión, pero la transición es inevitable y, por suerte, hemos cambiado la naturaleza del propio cambio: la perspectiva de tener guerras de modo cíclico, épocas de tinieblas y edades de oro nunca me ha resultado especialmente atractiva.» Por último:

«Además, la constante democratización de la memoria no puede hacer más que acelerar la obsolescencia de la historia tal como la hemos conocido. La historia ha resultado ser una construcción intelectual fluida, sujeta a revisionismos, en la que un grupo determinado de individuos con acceso a grandes bases de datos dominaba a otro grupo con un grado de acceso menor. La vieja idea del "saber es poder" se ha alterado por completo desde que la memoria se puede copiar y pegar: el conocimiento se convierte en sabiduría; y la creatividad y la inteligencia, antes frustradas por la falta de acceso a las nuevas ideas, pueden florecer.»

He cambiado de tema y he pasado a hablar de las entradas para el próximo partido de los Sharks en San José.

Viernes

Todd se ha excusado por llamarme criptofascista y, en lugar de ello, me ha llamado «centrista moderado». El formato de este párrafo es obvio.

Mi padre ha tenido ya la entrevista con Delta. «Una entrevista es una entrevista, ha dicho. Creo que no quiere hacerse demasiadas ilusiones.

Más tarde, le he contado a Dusty la teoría de Michael sobre la muerte de la historia y casi se le saltan los ojos. Dusty me ha dicho con aire de conspiración: «A lo mejor Michael es un criptomarxista.» (¡Oh, Dios mío!) Ha seguido charlando, y resulta de lo más raro ver cómo se mueve la boca de Dusty y salen palabras relacionadas con la política. No encaja con su retrato robot.

Tengo la sensación de que debería hablar sobre la exfoliación o los factores de bronceado pero, en el fondo, los cuerpos también son políticos. O eso es lo que Dusty nos ha explicado a todos en la oficina.

He sorprendido a Dusty. He dicho: «Puesto que el marxismo se basa explícitamente en la propiedad, la posesión y el control de los medios de producción, bien podría terminar siendo la última doctrina política verdadera de este mundo Benetton en el que ahora vivimos.» Ha dicho: «¡Eh, Danster, te había subestimado!»

Ha sido interesante entrar unos instantes en el reino de lo político como tal.

Sábado

Dusty ha hecho una lista de los
Top Ten
de la bulimia. Es increíble lo dispuesta que está siempre Dusty a hablar de su cuerpo. Incluso ha confesado que durante un tiempo tuvo que dedicarse a mangar cantidad de comida en las tiendas para satisfacer su hábito. «Qué pasa, la bulimia cuesta un huevo.» No hay ni que decir que Karla ha permanecido en silencio sobre el tema.

Los
Top Ten
de la bulimia:

• varios envases de Háagen-Dazs de fresa

• dos banquetes de espaguetis

• una caja grande de bombones Godiva

• un montón de ocho bocadillos calientes de queso con
ketchup

• una tarta de queso entera

• dos docenas de copas de budín de chocolate

• cuatrocientas uvas

•un recipiente de patatas fritas de McDonald's

•una caja de bombones Godiva aún más grande

• la caja de bombones más grande del universo

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